Más de 260.000 personas sufren migraña en Euskadi

Redacción ‘MS’- «Los estudios epidemiológicos llevados a cabo tanto en Europa como en Estados Unidos estiman que aproximadamente el 12% de la población padece migraña. Esto supone que en el conjunto del Estado más de 5 millones de personas sufren cefaleas, ratio que, en Euskadi, arroja más de 260.000 personas afectadas». Estas declaraciones son puestas de manifiesto el doctor Alfredo Rodríguez-Antigüedad, neurólogo de IMQ, con motivo de la celebración, el 12 de septiembre, del Día Internacional de Acción contra la Migraña.

Según informa el especialista, «cerca del 80% de estos pacientes son mujeres, en su mayor parte, en edades comprendidas entre los 20 y los 40 años». Tal y como puntualiza, «los cambios hormonales guardan relación con la migraña: su frecuencia es mayor en ciertos momentos del ciclo menstrual y disminuye tras la menopausia. En cuanto a los niños, hasta la pubertad, no se encuentran estas diferencias».

Muy prevalente y discapacitante

Considerada por el estudio Global Burden of Disease (Estudio de la Carga Global de las Enfermedades) como la sexta enfermedad más prevalente en todo el mundo, la migraña o jaqueca es una enfermedad crónica que provoca episodios de dolor de cabeza muy intenso y su duración es prolongada, superando las cuatro horas.

«Es frecuente que este dolor de cabeza sea pulsátil, afecte solo a un lado de la cabeza, se acompañe de intolerancia al ruido y a la luz, y pueda ir acompañado de síntomas digestivos, como náuseas e, incluso, vómitos. Todo ello dificulta a quienes padecen una jaqueca continuar las actividades habituales de la vida diaria y trabajar, siendo una patología altamente discapacitante»,

Alfredo Rodríguez-Antigüedad, especialista en Neurología de IMQ y expresidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

La cefalea se resuelve en unas horas, «en ocasiones tras conciliar el sueño» y se puede clasificar, según sus síntomas en migraña con y sin aura. También se puede distinguir entre la migraña episódica y la migraña crónica. Asimismo, algunos pacientes presentan horas antes del inicio del dolor de cabeza síntomas premonitorios inespecíficos.

En la denominada ‘migraña con aura’, «la cefalea se precede en los minutos previos de síntomas (“aura”) habitualmente visuales (fotopsias, defectos o distorsión de la visión, etc.) o trastornos de la sensibilidad, habitualmente en cara y mano. Estos episodios de cefalea se repiten periódicamente con mayor o menor frecuencia».

Diagnóstico

Habitualmente, «cada episodio de migraña supone una experiencia tan desagradable para quien la padece que suele dar lugar a una atención médica». El diagnóstico de la migraña es básicamente clínico, es decir, «se establece en base a los síntomas que refiere el paciente, como son los episodios repetidos de cefalea con determinadas características. Cuando los síntomas que refiere el paciente no son típicos o presenta cambios en su dolor de cabeza o la exploración neurológica es anormal, es necesario descartar la presencia de otras enfermedades», destaca el Dr. Rodríguez-Antigüedad.

Factores que pueden favorecer su aparición

«El estrés, la falta de sueño, ciertos alimentos, el alcohol o ciertos olores son, para muchos pacientes, claros factores que incrementan la frecuencia de la migraña o la desencadenan. Cada paciente debe intentar identificar cuáles son los que le afectan, ya que varían de unas personas a otras, para evitarlos». Alimentos como el chocolate, ciertos quesos o determinados medicamentos no tienen el mismo efecto en todos los pacientes aquejados de migraña. «Es muy importante identificar y evitar en cada caso las causas que desencadenan las migrañas o incrementan su frecuencia».

Tratamientos

Para cada episodio de migraña se utilizan medicamentos que alivian el dolor y los síntomas digestivos. Como concluye el neurólogo de IMQ, «cuando la jaqueca se repite con mucha frecuencia, existen medicamentos para reducirla. Estos tratamientos preventivos son crónicos y con diferentes mecanismos de acción: antidepresivos, antiepilépticos, betabloqueantes, inyecciones de toxina botulínica, etcétera. No obstante, en la práctica clínica se debe individualizar el tratamiento y buscar aquél que mejor controla en cada paciente los episodios de jaqueca y, cuando es necesario, aquél que reduce su frecuencia».