Salud bucal y cáncer de mama

Por Mayte Martínez, periodista especializada en belleza y bienestar; creadora del espacio Belleza eres tú.

Existe una relación entre la salud bucodental y el cáncer de mama, una enfermedad que según la OMS sufrirá una de cada 12 mujeres a lo largo de su vida. Aprovechando que estamos en el ‘mes del lazo rosa’, el de la concienciación de esta enfermedad, queremos recordar que hay muchas particularidades a tener en cuenta en torno a ella. Por ejemplo, la importancia de acudir al dentista antes, durante y después del tratamiento oncológico, porque el odontólogo también tiene su papel en este proceso.

Cuando te diagnostican cáncer de mama, la noticia cae encima como una losa, el mundo que tenías pensado se desmorona. Pero tras el primer impacto, empieza una carrera de fondo en la que es posible tomar las riendas sin renunciar a lo planeado, adaptándolo a la nueva situación. La vida sigue, lo único que ahora cada paso tiene que estar enfocado a vivir mejor durante el tratamiento.

«El odontólogo también tiene su rol en este proceso. La Dra. Eugenia Cervantes,  (eugeniacervantes.com) experta en diseñar y rehabilitar sonrisas en la Clínica que lleva su nombre, nos comenta qué y cómo tratar lo efectos en la boca que sufren los pacientes con quimioterapia o radioterapia».

Antes y durante el tratamiento oncológico es importante la comunicación entre oncólogo y odontólogo para conocer el estado de la paciente. La Dra. Cervantes señala que «cuanta más información mejor» para que el dentista pueda llevar a cabo un plan de tratamiento eficaz.

Debemos realizar un examen exhaustivo del estado periodontal de la paciente para identificar y tratar todas las patologías bucales antes de empezar el tratamiento oncológico. Una radiografía y estudio completo de su boca son muy importantes para el diagnóstico clínico, pero también la información que me pueda dejar el oncólogo y la misma paciente son importantes para acompañarla incluso desde el lado emocional.” Resalta la experta.

Si la paciente tiene caries, infecciones o necesita una extracción, la especialista recomienda realizar estos tratamientos con un margen de dos semanas como mínimo antes de empezar con la quimioterapia.

Mi rol como dentista antes de la quimioterapia es fundamental porque es en esta etapa donde se tienen que realizar los tratamientos, pero siempre intentando ser lo menos invasivos posible. Una vez que el paciente pase a quimioterapia se debe evitar cualquier intervención quirúrgica. Hacemos mucho hincapié en el tema de la higiene, porque  muchas mujeres, al notar los cambios en su imagen por la quimioterapia, tienden a desmotivarse y descuidar su higiene dental”, comenta.

Hay que concienciarse de que “cualquier problema derivado de la higiene puede complicar su tratamiento oncológico. Durante la quimio sus defensas no serán las mismas y por lo tanto hay que evitar cualquier riesgo de infección.  Recomiendo cepillarse 3 veces al día con cepillos muy suaves y pasta fluorada o que contengan hidroxiapatita, ya que está demostrado que este componente protege y remineraliza el esmalte. También usar seda dental y complementarlo con enjuagues bucales que tengan clorhexidina, pero sin alcohol. Beber mucho líquido ya que también podría presentar sequedad bucal por reducción del nivel de saliva.” Explica la doctora.

Después del tratamiento oncológico

Una vez finalizado los ciclos de quimio y radioterapia hay que estar atentos a los efectos secundarios. Los primeros meses serán de control para ver el nuevo estado bucodental de la paciente tras los efectos del tratamiento, que por lo general llegan a la consulta con mucha sequedad bucal, pérdida del sentido del gusto y un esmalte dental dañado.

Ambos procedimientos, sobre todo la radioterapia, tienen efectos en los dientes y encías. Tanto la afectación en el esmalte dental del paciente, la disminución en la saliva y un pH salival ácido aumentan la incidencia de caries e infecciones. Es habitual ver también que la erosión dental puede provocar un cambio de coloración en los dientes o hasta fracturas”, sostiene la especialista.

En cuanto a  las extracciones, la colocación de implantes, prótesis removibles u otros tratamientos quirúrgicos deberán esperar entre seis meses y un año para poderse realizar. Durante este tiempo la higiene dental deberá ser exhaustiva. En esta etapa es clave ver cómo está la parte estética y funcional de la paciente, que también hay que restaurarla.

Hay tratamientos de estética dental que nos permiten devolverle la seguridad y autoestima a las pacientes que vienen afectadas por los efectos de la quimioterapia o radioterapia y así mejorar su calidad de vida. Pero antes de una restauración con carillas de composite o cerámica, coronas, hay que revisar que los dientes y encías estén saneados, tratar las caries que pueden haber aparecido, dejar la boca sin afecciones periodontales, siempre recomendando al paciente mantener una excelente higiene. Después de seis meses o un año, según los controles que llevemos de cada paciente, ya podemos rehabilitar la parte funcional y estética.”