Prevención ginecológica: pruebas mínimas vs pruebas recomendadas

Por su interés para nuestra audiencia, ‘Muy Segura’ se hace eco del siguiente artículo, que también puede ser visitado en Canal Salud de IMQ a través del siguiente enlace: https://canalsalud.imq.es/blog/prevencion-ginecologica-pruebas-recomendadas.

Lo escribe la Dra. Austria Guillermina Lebrón García
Especialista en Ginecología y Obstetricia en IMQ Amárica.

Es importante realizar revisiones y pruebas ginecológicas rutinarias desde la juventud para prevenir la aparición de ciertas enfermedades graves, como el cáncer de mama o de útero. Sin embargo, la periodicidad varía en función de dónde llevemos nuestro seguimiento.

Prevención ginecológica, ¿dónde llevarla a cabo?

«Acudir a un ginecólogo de manera periódica para llevar a cabo revisiones preventivas a través de la sanidad pública puede suponer un retraso en los tiempos para conseguir cita con el especialista. Es por este motivo que muchas mujeres deciden seguir sus revisiones ginecológicas en la sanidad privada, con el fin de obtener un mayor control sobre las revisiones periódicas y pruebas diagnósticas en un corto espacio de tiempo«.

Pruebas ginecológicas mínimas

Dependiendo del tipo de consulta por el que acudamos al ginecólogo (de control, sobre patologías u obstétrica), los antecedentes familiares y nuestra historia clínica, el médico nos prescribirá una serie de pruebas ginecológicas.

El Ministerio de Sanidad considera que las pruebas ginecológicas mínimas para cuidar nuestra salud son:

Citología o prueba de Papanicolau. Consiste en la toma de muestras de células, tanto del cuello del útero como de la vagina, para su estudio microscópico. Sirve para diagnosticar diferentes alteraciones previas al cáncer de útero. La mayoría de los expertos consideran necesario hacerla una vez al año, pero depende de dónde hagamos el control ginecológico la pueden pedir hasta cada 3 años.

En los centros privados, sin embargo, es normal que se realice cada año.

Ecografía ginecológica/ecografía vaginal. Por medio de ultrasonidos, el ginecólogo puede observar el aparato genital femenino. Sirve para diagnosticar ciertas lesiones, como los miomas o pólipos, y advertir la presencia de tumores malignos.

Dependiendo de lo que el ginecólogo encuentre, se deberá reforzar con otras pruebas diagnósticas, como el TAC, el Doppler o la resonancia magnética.

Mamografía. Consiste en el estudio del tejido mamario por medio de rayos X. Esta prueba, combinada con la ecografía mamaria, es la herramienta más eficaz para detectar de manera precoz el cáncer de mama.

Esta prueba se realiza cada 2 años y a partir de los 50, exceptuando los casos en los que las mujeres sean consideradas pacientes de alto riesgo.

No obstante, es aconsejable llevarlas a cabo antes de esa edad en mujeres jóvenes o maduras con mamas densas, que tengan nódulos, ya sean líquidos o sólidos, o que lleven prótesis mamarias. En caso de cumplir estos requisitos, la sanidad privada las realiza anualmente.

Pruebas ginecológicas recomendadas

Aparte de las pruebas mínimas que podemos solicitar tanto en la sanidad pública como en la privada, hay otras pruebas ginecológicas recomendadas que deberíamos conocer.

Colposcopia. Esta prueba diagnóstica estudia al detalle el cuello del útero, la vagina y la vulva. Se solicita cuando, tras una citología, el ginecólogo encuentra algún hallazgo que requiere de un estudio más exhaustivo. Es tremendamente eficaz para localizar tejido precanceroso o células tumorales.

Histeroscopia. Sirve para estudiar el endometrio y el interior del útero en general. Se suele solicitar cuando hay alguna alteración menstrual, con el fin de diagnosticar malformaciones o patologías, o a causa de problemas de fertilidad.

Densitometría ósea. Se trata de una prueba radiológica con la que se mide la densidad del hueso en función de los niveles de calcio. Sirve para prevenir la osteoporosis y retrasar su aparición.

La prevención ginecológica es esencial para una detección precoz de posibles patologías que deriven en enfermedades más graves, como el cáncer de mama o de útero. De ahí que las revisiones periódicas sean necesarias, al igual que la solicitud de ciertas pruebas ginecológicas.

«Siempre que podamos, llevar a cabo todas las pruebas recomendadas es un buen método para conseguir los mejores resultados y permanecer tranquilas».

Las visitas regulares al ginecólogo son importantes para todas las mujeres y el tipo de pruebas ginecológicas que se practican difieren de manera sustancial en función de la edad. En nuestra guía de pruebas ginecológicas por edades te ayudamos a contextualizar los distintos exámenes ginecológicos según tu edad. Además, también te ofrecemos un calendario resumido con las diferentes pruebas: https://contenidos.imq.es/pruebas-ginecologicas-edades?hsCtaTracking=0a77ce48-64c1-46bc-a857-d3b584f9c08c%7Cdb5d05d6-f960-4789-8b0f-7a45a70b574b.